«La salud mental es lo más importante, porque tu cuerpo responde a la cabeza, no al revés»

El pasado invierno, Edwin Jackson (Pau, Francia; 1989/ 1,90 m) se incorporó al Hestia Menorca. Tras su paso por el JSF Nanterre de la LNB, la máxima competición francesa, el escolta francés volvía al baloncesto español, donde ha completado seis temporadas repartidas en tres equipos: Unicaja de Málaga, FC Barcelona y Movistar Estudiantes; éstos dos últimos, en varias etapas.

Además de con amigos y viejos conocidos, Jackson se topó con un club que impulsa de la mano la Fundación Hestia, su patrocinador principal, un proyecto de sensibilización sobre actividad física y salud mental. En cinco temporadas de patrocinio ha habido ocasión de reflexionar con jugadores y profesionales sobre esta relación, y ahora es el turno de Edwin.

P.- Buenos días, estamos con Edwin Jackson, uno de nuestros jugadores…

R.-  Buenos días.

 L: …el más internacional, si no el más internacional, campeón del mundo con Francia, jugador en diferentes ligas y países, y ahora una de las piezas claves del Hestia Menorca. ¿Cómo está la salud mental de Edwin Jackson, del 1 al 10?

R.- Bueno, con el sol aquí en la Isla es difícil no tener buena salud mental… pero no, bien. Es verdad que en nuestro trabajo la salud mental está directamente conectada a los resultados, y entonces, como ganamos las últimas semanas, estamos bien. La salud mental está a tope.

P.- Está conectado con los resultados ¿y con los clubes?¿Se trabaja ela salud mental en los clubes? ¿Hay diferencia entre los diferentes países donde has jugado?

R.- Bueno, es verdad que, en el nivel más alto, la salud mental es responsabilidad del jugador, no tanto como del club. Esto significa que, para ir y competir a ese nivel, los clubes buscan jugadores que tengan cualidades mentales que sean mejores que la media, ¿sabes? Cuando perdemos dos partidos seguidos o las cosas van mal, hay personas que pueden superar las cosas mejor. Entonces es más la responsabilidad de los jugadores que de los clubes. Hacemos un trabajo que es muy difícil en el tema de la competitividad, por lo que cuando hay un jugador que tiene un problema de salud mental, físico o algo, lo reemplazan antes de cuidarlo. Esta es nuestra industria, es es así, son las reglas del juego.

P.- Comentas que es responsabilidad del jugador, pero todos los clubes asumen que han de tener un preparador físico, un fisioterapeuta, pero no cuentan con la figura del coach o el psicólogo deportivo.

R.- Sí

P.- ¿Es porque se le da menos importancia o porque se entiende que vienes ya con tu salud mental arreglada de casa?

R.- No, es porque, yo pienso que tener un psicólogo al que vas a pagar y tener empleado antes de saber a quién vas a tener en tu equipo es complicado. Quizás tú vas a tener un equipo donde nadie quiere hablar con el psicólogo, entonces, tenerlo en el staff antes de saber si los jugadores van a acudir a él, no tiene sentido y también, económicamente, para los clubes quizás tampoco lo tengo. Además yo creo que, si un psicólogo a quién le vas a decir cosas muy personales y privadas viene del club, los jugadores no van a tener mucha confianza en esa persona, porque tú no sabes si lo va a comentar con el club o no…  Entonces, si tú tienes un problema y no quieres que el club lo sepa, no vas a hablar con esta persona.

P.- Y entre vosotros, entre los deportistas, entre los miembros de un equipo… ¿Se suele hablar de estos problemas de salud mental o de bienestar emocional? Porque, obviamente, si tienes un problema en una rodilla o en un tobillo, esto se ve y se comenta en el vestuario, pero, ¿lo otro?

R- Depende de las afinidades que tú tengas con tus compañeros, si son más amigos, si eres más cercano a alguien… pero es verdad que, en general, no hablamos mucho ni nos decimos «con este tema no me siento bien». Después, por ejemplo, yo que soy el capitán con Diego, podemos ver si alguien no va bien en el equipo, dar un paso adelante para ayudarlo, o si alguien necesita un poco más de apoyo… pero, en general, depende mucho del equipo, al final. Aquí somos amigos antes de ser compañeros, entonces cambian las cosas un poco por el tema de que nos conocemos, conocemos a nuestras familias, y es un poco más fácil de estar juntos y hablar de cosas del día a día. Pero es verdad que en otros equipos yo tenía compañeros que no eran compañeros, sino que eran alguien con quien yo trabajaba, y no hablamos en todo el año de cosas personales, sólo trabajamos juntos. Eso depende mucho del equipo.

P.- Has comentado la relación entre el bienestar o la salud mental de los jugadores y los resultados. ¿Qué más le afecta a un jugador que no se ve cuando alguien está viendo un partido? ¿Qué más puede haber que sea o pueda ser problemático, que haya que trabajárselo, para realmente tener un buen desempeño?

R.- Bueno, es verdad que este tema depende mucho de cada uno, ¿sabes? Pero yo lo veo mucho en el tema de las redes sociales, que todo el mundo va a tener una opinión sobre cómo juegas, como tú haces tu trabajo, y es verdad que es cada semana también… Es casi mejor no escuchar, tanto lo positivo como lo negativo, porque un día te van a considerar una estrella y, al día siguiente, el peor jugador del mundo. Si empiezas a escuchar esto, es muy difícil tener consistencia en tu trabajo, porque un día vas a estar muy contento y eufórico, y otro día muy mal y todos pensando que soy el peor jugador del mundo. En general, en nuestro trabajo, hay mucha más gente que lo ve que a alguien que trabaja en el banco, por ejemplo, y es verdad que eso puede afectar a los jugadores, porque, al final, todo el mundo va a hablar de eso, y ahora más que antes. Antes no lo escuchábamos. Todo el mundo se iba a su casa. Si tú tienes tu opinión, tú tienes tu opinión, pero ahora la meten en Internet o en el Twitter… Si te vas a buscar algo, te lo vas a encontrar. Es verdad que eso puede afectar mucho en el tema de salud mental, pero cada uno es diferente.

P.- ¿Recuerdas algún momento especialmente complicado para ti durante tu trayectoria deportiva a nivel anímico, a nivel emocional, y como lo resolviste?

R.- Bueno, difícil no. A mí es verdad que el baloncesto… yo disfruto mucho del baloncesto. Mi carrera de deportista es importante, sólo puede ser positiva, nunca puede ser negativa. Tengo la suerte de tener el trabajo que yo quería desde pequeño y entonces mi vida es muy fácil. Da igual si un año perdimos un poco más, un poco menos, yo no cambiaría las cosas por nada. Me levanto cada día pensando me voy a entrenar y me voy a entrenar, me voy a jugar, mi trabajo es jugar al baloncesto, entonces mi vida es muy fácil.

P.- Hemos hablado un poco de fuera para dentro, cómo afecta todo el entorno dentro de la vida de un jugador o de la carrera un jugador. Pero, ¿cómo es al contrario? Has empezado a esbozarlo un poco, pero ¿crees que la práctica de un deporte ha tenido un impacto en tu vida

R- Sí.

 P.- No solo a nivel físico, que te obligas a estar bien sino también a nivel emocional y a nivel mental. ¿Crees que se ve que el deporte es bueno para el cuerpo, pero también para la mente?

E: Sí, claro. Para mí es algo que me gusta tanto que al final cuando yo tengo algo en mi vida personal que pueda ser importante… no sé, una enfermedad en mi familia, algo que pasó, me ayuda a limpiar mi cabeza, a pensar a otras cosas, en tener mi foco en el baloncesto y no pensar todo el día en las cosas que quizás en mi vida privada no van bien. Yo pienso que ayuda mucho. En el tema también físico, sabemos que la práctica del deporte influye mucho, por las endorfinas ayuda mucho a la gente a sentirse bien con su cuerpo y con su cabeza. Además, vivimos en una época en la que todo es visual, la gente se preocupa mucho de sus apariencias y el deporte ayuda a la gente a sentirse mejor con su cuerpo, a aceptar más su cuerpo y ayuda mucho mentalmente.

P.- Finalmente, has recalado en un equipo especial porque el patrocinador principal lo que quiere es que se hable de salud mental, que no es una cosa muy habitual en los patrocinios deportivos.

E: Sí.

R.- ¿Qué te parece la iniciativa?

Muy buena, porque, al final, es verdad que, esto lo pienso mucho… Yo veo a veces las reacciones de los fans cuando perdemos y dicen cosas que parece que no le hablan a personas, a humanos. Porque, como somos jugadores y deportistas, no nos ven como «personas normales», si se me permite decirlo. Es verdad que hay veces que hay cosas que vas a escuchar de lo que dice la gente, como los fans cuando vamos a otros pabellones, que sí pueden afectar a algunos de nosotros. Si se necesita, hay que hablar. Yo vengo de una generación que cuando tú hablabas de salud mental, la gente decía «es débil, eres débil». Y pienso que no es cosa de estar débil o fuerte mentalmente, si no de tiempos en tu vida. Quizás un día no lo necesito, otros días que sí. Hay personas a las que les ayuda mucho, y me refiero también a momentos en los que estás jugando muy bien y tienes confianza, te lesionas y cuando vuelves las cosas no están bien, pareces otro jugador. Jugar un buen baloncesto sin confianza es muy difícil, y el hablar de salud mental o mejorar tu capacidad de tener la mente compatible con la práctica del deporte de nivel alto, me parece muy buena iniciativa.

P.- ¿Alguna cosa que yo no te haya preguntado quieras añadir?

R.- Que si alguien necesita ayuda, que no tenga miedo de preguntar. También para los jugadores es difícil de aceptar que necesito ayuda porque en mi mente no va bien. Como he dicho antes, en el deporte, en el momento en el que tenemos problemas de salud mental, la gente nos ve como débiles. Eso es algo que necesitamos cambiar en la mentalidad de todo el mundo, que no no es así. Si necesitas ayuda, no evites pedirla.

P.- Claro, es que, pese a que llevamos cinco años con el proyecto #MatealEstigma, lo que tú comentas… Nadie se plantea no decir al entrenador «tengo un problema en el tobillo» o «tengo estas molestias», y luego ya veremos que recurso buscamos, si es externo o interno, pero esto cuesta más aunque Abrines salió a la palestra, salió Iniesta… Cada vez hay más deportistas que salen a decir «oye, esto también es importante».

R.- Es más importante porque el cuerpo responde a la cabeza, no al revés. Puedes jugar bien con salud mental y un poco de molestia, en parte, pero jugar bien sin salud mental, cuando no está bien tu cabeza, da igual si tu cuerpo responde bien, es mucho más difícil. Porque, al final, en el deporte de alto nivel, en el momento en el que tú empiezas a llevar dos/tres años, tu cuerpo nunca va a estar siempre al 100%. Pocos días son los que no vas a tener ninguna molestia en tu cuerpo. Eso es que no te esfuerzas bastante. Si tu cuerpo no te va a doler cada día que te levantas… no te duele como «no puedo levantarme», pero agujetas, un golpe de ayer, un golpe en el partido… tu cuerpo nunca está al 100%, necesitas aceptarlo, pero, si estás bien en tu cabeza, lo aceptas mucho más y superas las cosas mucho más. Cuando tu salud mental no está bien o no está en el sitio donde debería estar, no superas las cosas. El pie que te duele, duele más; tu espalda duele más… Todo es mucho más duro de hacer cuando tu salud mental está abajo que cuando está arriba. Es un tema importante, pero es verdad que ahora sólo empezamos a hablar más de este tema. Bueno, creo que un poco en el mundo entero, en general, pero es verdad que los deportistas somos los últimos siempre en cambiar las cosas.

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