19 Abr Juan Gómez: «Cuando se habla de actuar contra el covid persistente, se olvida la salud mental»
«Factores de salud relacionados con el malestar psicológico durante la pandemia de Covid-19 entre trabajadores sanitarios en España» obtuvo el Segundo Accésit al Mejor Artículo en Covid-19 en la última convocotoria de Becas de Investigación y Premios Hestia 2021. Juan Gómez Salgado y Carlos Ruiz Frutos, como investigadores principales, y Mónica Ortega Moreno, Regina Allande Cussó, Sara Domínguez Salas y Adriano Dias quisieron centrarse en colectivos no sanitarios justo con el objetivo de comparar el impacto que tuvo en ellos en relación con los profesionales sanitarios. Ruiz Frutos resumió en el acto de adjudicación los principales argumentos del artículo y hoy los comparte con nosotros su colega Gómez Salgado.
FH.- Optaron por centrarse en trabajadores no sanitarios en actividades esenciales y, además, lo hicieron muy pronto, entre finales de marzo y finales de abril de 2020 ¿por qué?
J.G.S.- Sabíamos de la importancia de investigar la situación y el impacto que la pandemia estaba teniendo en los profesionales sanitarios pero entendíamos que el resto de los trabajadores de actividades esenciales también estaban expuestos al contagio, siendo un colectivo menos estudiado que los sanitarios. Los investigadores tenemos también compromisos éticos con la sociedad a la cual servimos. Por ello, hicimos un gran esfuerzo por analizar ambas realidades por separado y posteriormente compara los resultados. La línea de investigación sigue abierta con gran éxito y producción.
F.H.- ¿Qué es lo primero que les llamó la atención?
J.G.S.- Nos llamó la atención, aunque podíamos intuirlo, que las mujeres presentaron mayor nivel de malestar emocional. Demostramos con datos que este hecho sucede, y lo pusimos en relación con la evidencia existente respecto a la carga principal que recae sobre las mujeres respecto al cuidado de la familia. Esta es una cuestión cultural, que otras investigaciones ya han concluido, y de nuevo en nuestro estudio se volvió a objetivar.
F.H.- ¿Detectaron diferencias entre quienes trabajaban dentro y fuera de casa?
J.G.S.- Efectivamente, aquellas personas que trabajaban desde casa presentaban mayo nivel de malestar emocional que las que lo hacían fuera de ella, por el posible efecto del confinamiento. Parece que la posibilidad de salir y relacionarse con otros profesionales en la misma situación, ayudó a reducir los niveles de ansiedad en las personas que desempeñaban labores esenciales, a pesar del mayor riesgo de contagio de estos últimos.
F.H.- ¿Y por sexo, edad, régimen laboral o cualquier otra circunstancia reseñable?
J.G.S.- Presentaron mayor malestar psicológico las mujeres y los jóvenes. Respecto al régimen laboral, sí es verdad que aquellas personas en situación de Expediente de Regulación Temporal de Empleo o con contratos laborales inestables o del sector terciario, presentaron mayor malestar psicológico. La evidencia científica nos revela que la estabilidad laboral es un factor psicosocial para el bienestar mental.
F.H.- Una de las conclusiones del estudio se refería a la posibilidad de mejorar la salud mental de este colectivo, ¿con qué medidas?
J.G.S.- El equipo de investigación siempre apostó por la necesidad de implementar intervenciones psicosociales, a nivel micro y meso. Es decir, que los diferentes gobiernos de las Comunidades Autónomas pusieran en marcha, desde un nivel macro, cribados específicos a nivel de atención primaria, de personas en las que la pandemia por Covid-19 estuviera impactando sobre su salud mental. Tanto es así, que el propio equipo investigador diseñó y validó una herramienta específica, la escala de evaluación de Ansiedad y MIedo a COvid-19 (AMICO), como instrumento de cribado rápido de presencia de ansiedad y miedo.
Por otro lado, el equipo de investigación cree en la necesidad de evaluar los efectos a largo plazo y así tiene programado realizar un seguimiento tras 2 años de pandemia.
F.H.- Su estudio se enmarcaba en un macroproyecto que se desarrollaba en diferentes países de distintos continentes, ¿han podido establecer similitudes o diferencias destacables?
J.G.S.- Justamente nos encontramos en la fase de implementar análisis estadísticos exhaustivos para estudiar estas diferencias y similitudes con el resto de países del proyecto IMPACTCOVID-19. No obstante, podemos adelantar que existen similitudes en relación a las variables sexo y situación laboral.
F.H.- Finalmente, ¿qué supone para la investigación recibir un reconocimiento como el del Premio Hestia?
J.G.S.- El equipo de investigación recibió el premio con alegría y orgullo, tras un año de gran esfuerzo, no solo en España, sino en el resto de países del proyecto. Supone un reconocimiento a la labor investigadora, y la puesta en valor de la necesidad de evaluar el impacto en la salud mental de la pandemia por Covid-19 en la población. No podemos olvidar el sufrimiento espiritual de muchas personas, por factores diversos, y los efectos del mismo que todavía se desconocen a largo plazo. En definitiva, este premio revitaliza nuestra motivación por continuar en esta línea de investigación, ligada a la salud pública y a un área, con una especial discriminación, como es la salud mental, siendo uno de los grandes retos que tiene nuestra sociedad. Se habla de la necesidad de actuar preventivamente sobre el COVID persistente, en su mayoría refiriéndose a la salud física, pero se olvida diagnosticar, tratar y prevenir los efectos a largo plazo en la salud mental.
Datos del artículo premiado
“Health-related factors of psychological distress during the COVID-19 pandemic among non-health workers in Spain”.
Gómez Salgado, J.;* Ruiz Frutos, C.; Ortega Moreno, M.; Allande Cussó, R.; Domínguez Salas, S.; Dias, A.
Safety Science. Volume 133, January 2021, 104996. DOI: https://doi.org/10.1016/j.ssci.2020.104996
*Universidad Autónoma de Huelva (Andalucía).
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